Nuestros proyectos surgen de una reflexión sobre la relación del edificio con su entorno y su programa. Cada proyecto representa una oportunidad para conocer una realidad, para capturar sensaciones del lugar, del clima, de la propia gente y crear nuevos vínculos que permitan mejorar de alguna manera la forma de “habitar” cada programa concreto.

El programa de un edificio da sentido a su arquitectura: la proporción de los espacios, sus conexiones, la luz, todo debe conjugarse para proporcionar el clima ideal a cada uso concreto. Pero también debe darse una correspondencia entre el edificio y las referencias culturales propias del lugar, el contexto, para conseguir el sentido de pertenencia.

Así, la representatividad, la escala del edificio, las soluciones constructivas y la materialidad se supedita siempre al programa y al contexto, consiguiendo una arquitectura específica para cada ocasión.