Casa V

Durante más de cincuenta años, los miembros de la familia propietaria de esta vivienda han veraneado juntos en el mismo lugar, en su propia casa de vacaciones. Sin embargo, con el paso del tiempo, la familia ha ido creciendo considerablemente. Así pues, con el fin de garantizar que siempre haya espacio para todos los miembros de la familia, la casa fue ampliada desde sus 300 m2 iniciales hasta los impresionantes 450 m2 actuales.

El resultado es asombroso. En lugar de una simple expansión, las formas orgánicas, la luminosa fachada blanca y los soportes delgados e inclinados ofrecen al espectador una agradable sorpresa. Suavemente curvadas como alas, las zonas adheridas recientemente construidas fluyen sin problemas hacia la estructura más antigua. La topografía inclinada del terreno se retoma en las proyecciones y compensaciones arquitectónicas y en las hábiles terrazas diseñadas específicamente en el paisaje mientras se mezclan armoniosamente con el entorno. La piscina, formada orgánicamente en el jardín, completa a la perfección la estética de la propiedad.

Pese a su gran tamaño, la llamativa fachada blanca de chapa metálica reflectante y los grandes ventanales parcialmente curvados del piso al techo transforman esta casa de vacaciones en una escultura viva.

Los interiores brillan con una blancura casi deslumbrante, mientras que las paredes y escaleras curvas le dan a la Casa V un carácter casi de museo.